«Dirán de mí que soy de hueso y piel
llevo el vaivén de un aire errante
dirán de mí que un día fui mujer
nadie sabrá si lo hice bien».
Y en el fragor de la señal
caen de pie, no aguantan más.
Mujer de negro y de ciempiés
se revuelve dentro;
mujer de gris, tú no la ves,
tiene un quebranto;
mujer violeta, corre
con paso lento;
mujer turquesa, sé,
sé marea y ven…
Y ante el temor del porvenir
se agarran bien, se dejan ir.